INTERNET PARA CATEQUISTA

INTERNET PARA CATEQUISTAS

miércoles, 23 de marzo de 2011

Canciones

es un sitio  de música para la catequesis
http://novedades-servicios-musica.blogspot.com/2008/03/canciones-para-la-catequesis.html

http://www.catequistasjc.org/index.php?option=com_virtuemart&page=shop.browse&category_id=2&Itemid=57
http://www.buenasnuevas.com/recursos/canciones/movicanto/movi1.htm
Temas (Autores Hugo Castro-Juan Carlos Quiroga) Cantados y Karaokes de cada tema.
Yo se que sí
Hoy te pedimos perdón
Te doy gracias
Yo te saludo amigo mío
La fiesta del amor

es una fracción de cada tema de una duración de 30 segundos
Yo se que sí
Te doy gracias
Yo te saludo amigo mío

Canción completa en mp3
Te doy gracias (aprox. 2,4 MB)

Canción completa en karaoke
Te doy gracias (aprox. 2,4 MB)

Letra con acordes
Te doy gracias (archivo Word)


Canciones  para la confirmación
http://www.grupopueblodedios.org/gpdmusica/gpdmusica.php
Se ofrece una breve explicación de la canción e indicaciones sobre su uso en la liturgia y fuera de ella.
TÍTULODESCRIPCIÓNEDICIÓN
CAMINARÉ EN PRESENCIA DEL SEÑORSalmos para cantar en las Misas y otras celebraciones (IV)2009
A BUEN TIEMPOCantos para la Misa2008
TE DOY GRACIAS SEÑOR...Salmos para cantar en las Misas y otras celebraciones (III)2006
DESDE LA AURORA TE BUSCOSalmos para cantar en las Misas y otras celebraciones (II)2005
OFRECEMOS NUESTRO AMORCanciones para Celebraciones de Matrimonios2005
VUELVO A TU CASA SEÑORCanciones para Tiempo de Cuaresma y Semana Santa2004


Música para jóvenes  con notas musicales
http://www.buenasnuevas.com/recursos/canciones/cancionespastorales.htm
Alma Misionera
Pescador de hombres
Ven hermano
Salmo 33 - Prueben qué bueno es el Señor
Como grano de trigo
Siempre nuestro amigo
Eres del Señor
Siempre sí
Tendrá que haber un nuevo día
Danos un corazón

BIENVENIDOS

http://alexita1804.blogspot.com/2011/03/bienvenids.html

QUERIDOS HERMANOS EN JESUS.
 A SEGUIR LAS HUELLAS DEL MAESTRO
ESPERO QUE ESTE PEQUEÑO ESPACIO SEA DE GRAN AYUDA PARA TU CRECIMIENTO PERSONAL , ESPIRITUAL Y SACRAMENTAL.
PARA QUE LOGRES ENCONTRAR EN ELLA  EL VERDERO SENTIDO DE LA EVANGELIZACION

Oraciones

Oraciones para la Catequesis


Orar es conversar con Dios.  Sabemos muy bien que se puede conversar de distintas maneras.  Orar es hablar con Dios, nuestro Padre Celestial, para adorarle, alabarle, darle gracias y pedirles toda clase de bienes. 
 
Orar es hablar con Dios para manifectarle nuestro amor, tributarle el honor que se merece, agradecerle sus beneficios, ofrecerle nuestro trabajo y sufrimientos, pedirle consejos, confiarle las personas que amamos, los asuntos que nos preocupan y hasta desahogarnos con Él.

El hablar con Dios debe ser con sencilles y naturalidad.  Hablarle con nuestras propias palabras, porque Él conoce nuestro interior, sabe muy bien como somos.  Además de la oración espontánea podemos usar oraciones ya compuestas como lo son las oraciones escritas por los santos.  También podemos repetir pequeñas frases o jaculatorias.  Una jaculatoria que suelo usar con mucha frecuencia es; "Ven Espíritu Santo y envía desde el Cielo un rayo de luz." La oración no es una mera conversación que se queda en palabras (o no de ser).  Tiene que ser una conversación profunda y sincera donde disponemos de todo nuestro ser a Dios en forma oblativa.

Espiritualidad del Catequista

LA ESPIRITUALIDAD DEL CATEQUISTA

El catequista, servidor de la Palabra en su comunidad
Quiero compartir con ustedes una pequeña reflexión surgida en un encuentro con catequistas rurales de la Prelatura de Humahuaca, a mediados de octubre de 2000. Este encuentro era la cuarta etapa de un proceso de formación de dos años que estamos realizando con los catequistas, rurales y urbanos de esta sufrida región de nuestro país. Los catequistas rurales son personas muy sencillas y llenas de Dios, pastores, campesinos, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos... en las desoladas tierras de la Puna son los arroyos que llevan el agua viva de la Palabra a sus comunidades.

La Biblia nos habla de las personas que anuncian la Palabra

«Yo, por mi parte, era como un canal salido de un río, como un arroyo que se pierde en un jardín del Paraíso. Yo pensé: voy a regar mi huerta, voy a regar mis flores. Pero mi canal se convirtió en río, y el río en mar. Entonces dije: Haré brillar como la aurora la instrucción, llevaré a lo lejos su luz. Derramaré la instrucción como una profecía y la dejaré a las generaciones venideras. Comprueben ahora que no he trabajado para mí solo, sino para todos los que buscan la sabiduría.» Eclo. (Sir.) 24, 30-34

La vida del catequista a la luz del texto bíblico
Como catequistas somos servidores de la Palabra. Pequeños canales, sencillos y humildes, que surcan la vida de nuestra comunidad... Cuando tomamos conciencia de nuestra vocación y decidimos emplear nuestro tiempo, nuestra capacidades y nuestros dones al servicio de nuestra gente, descubrimos, con alegría y sorpresa, que el Dios generoso multiplica nuestros esfuerzos. Si nos entregamos con confianza a Dios, sabiendo que somos simples canalitos para que su Palabra llegue con su frescura y novedad a los demás, El se encarga de hacer de nosotros arroyos y ríos.
El texto nos habla de la experiencia de un hombre sabio, que ha descubierto la obra de Dios en su propia vida y decide comprometerse en el anuncio de su Palabra. Como catequistas somos llamados a transmitir las enseñanzas de Jesús y promover el encuentro de los demás con el Dios verdadero, que cambia la vida y nos descubre el sentido profundo de la existencia.
¡Qué alegría poder decir como el sabio del texto, he trabajado para los demás, para que los otros conozcan la sabiduría, es decir la Palabra del Dios de la Vida!


Para rumiar el texto y la vidaEl catequista, servidor de la Palabra en su comunidad
- ¿Somos canales por donde circula el agua viva de la Palabra de Dios?
- ¿Qué actitudes de nuestra vida «secan» nuestro reserva de agua viva?
- La Palabra es la Fuente donde nace nuestro canal, ¿está presente en nuestra vida de todos los días? ¿Acudimos a ella? ¿Nos nutrimos con su lectura y oramos con ella? ¿Estudiamos la Palabra para poder transmitirla mejor?
- Compara las palabras del texto con tu vida, ¿eres un verdadero arroyo para tu comunidad? Los demás ¿se encuentran con el Dios de la Vida a través de tu testimonio y enseñanzas?
- ¿Qué puedes y debes cambiar de tu manera de ser para ser un arroyo más transparente, más caudaloso, más fecundo?
Ofrecele tus reflexiones a Dios a través de una oración escrita por tus propias manos.


2)
Dios nos llama a ser catequistas
En San Salvador (de Jujuy), en un alto en el camino, saboreando la vida y la Palabra compartida con mis hermanos catequistas de la diócesis de Jujuy, abril 2000.
Durante los meses de febrero y marzo iniciamos en la diócesis de Jujuy una serie de talleres de Formación de catequistas. Estos talleres, que ya recorrieron muchas diócesis de nuestro país, son espacios para compartir la Biblia y la vida, y aprender juntos sobre nuevos caminos en la catequesis.
En ellos se trabaja con la vida y la Palabra y son siempre una fuente de agua viva para seguir descubriendo nuestra vocación. Gracias a todos los catequistas que participaron y un saludo a los que participaron en el taller de El Carmen, a unos 50 km. de San Salvador de Jujuy, a quienes les prometí que utilizaría sus conclusiones y aprendizajes para un próximo artículo.
Antes de iniciar la reflexión de este artículo
Intenta recordar la manera en que Dios te llamó a ser catequista ¿Cuándo fue? ¿Cómo? ¿De qué se valió Dios para irrumpir en tu vida y llamarte?
¿Te acuerdas de personas que supieron transmitirte la Palabra de Dios en tu vida? ¿Quiénes te enseñaron las cosas de Dios, aún sin tener un título de catequista, pero viviendo la misión de un catequista?
Busca en la Palabra de Dios los siguientes textos. Observa en ellos cómo llama Dios y cómo responden las personas.
  • Abraham: Gén. 12, 1-5
  • Moisés: Ex. 3, 1-4, 17
  • María: Lc. 1, 26-38
  • Discípulos: Mc. 1, 16-20
¿Encuentras elementos en común con tu vida? ¿Descubres nuevas maneras de llamado que pueden ayudarte a pensar si Dios te sigue llamando hoy?
Cuando compartimos nuestras experiencias de vida como catequistas, cuando somos capaces de revisar nuestra vocación y descubrir la forma en que Dios nos ha llamado a cada uno... y meditamos nuestra vida a la luz de la Palabra siempre viva de la Biblia, aprendemos como:
Dios utiliza distintos medios para llamarnos
- nos llama a través de personas
- nos llama a través de situaciones de la vida
- nos llama a través de señales o signos
Sentir el llamado de Dios, darse cuenta que Dios llama
- Dios pasa por la vida de todos los días, hay que estar atento para escucharlo.
- Tener la capacidad de descubrir la presencia de Dios.
- Lo cotidiano, la vida de siempre, ése es el lugar que Dios elige para revelarse, para correr el velo y descubrirnos que está pasando por ahí.
La vocación es un proceso (tiene etapas, tiene momentos, se va viviendo)
- el llamado de Dios es progresivo, nuestra vida es una historia de sucesivos llamados.
- hay que aprender a mirar la vida con otros ojos para encontrar las huellas de Dios en nuestro caminar.
- la vocación es camino, más que puerta de entrada, y se hace camino al andar...
Todos recibimos dones para que podamos vivir nuestra vocación
- Dios no nos deja sólos, su garantía es que Él está junto a nosotros.
- todos hemos recibido mucho, hay que descubrir que recibió cada uno, para ponerlo al servicio de los demás (parábola de los talentos).
- Dios nos llama constantemente, también nos va mostrando nuevos dones que no sabíamos que teníamos.
A veces nos cuesta vivir la vocación (dudas, miedos, incertidumbres)
- el llamado de Dios siempre es un desafío, un cuestionamiento, un compromiso…
- decir sí al Señor compromete la vida.
- las dudas, miedos e incertidumbres son parte del camino, nos ayudan a seguir buscando, nos recuerdan que nunca podremos encontrarlo todo, nos descubren nuestra esencia vital de peregrinos...
Leer la Biblia, la Palabra de Dios, nos ayuda a descubrir nuestra vocación.
- cuando leemos la Palabra encontramos ejemplos de personas que vivieron llamados parecidos a los nuestros.
- sus vidas nos muestran que es posible responder al Señor e iniciar un camino de compromiso
- sus experiencias también nos hablan de un lento descubrir que quiere Dios de nosotros y un camino de respuesta que pasa por la vida y no por decir, de palabra, «Señor, Señor...» (la respuesta se da con la vida).
Nuestra respuesta al llamado de Dios es servir y ayudar con disposición y alegría.
- Dios llama para dar una misión, un compromiso, una tarea en bien de los demás.
- la respuesta es estar disponible a la misión que El nos vaya mostrando.
- la alegría en el servicio es signo de que nuestra entrega es sincera y fecunda.
Transmitir el mensaje de Dios y el amor de El.
- Dios nos llama para ser instrumentos de su mensaje y para colaborar con Él en la construcción de su Reino
- para mostrar con nuestro testimonio (porque a las palabras... se las lleva el viento) que nos ama y quiere que vivamos su amor construyendo la fraternidad real (porque nadie ama a Dios a quien no ve sino ama a su hermano al que ve).



Para trabajar en gruposDios nos llama a ser catequistas
Para reflexionar con la Palabra y la vida - Trabajar en pequeños grupos con la preguntas y textos que aparece al principio del artículo.
- Si se pueden formar cuatro grupos repartir un texto para cada uno.
- Comentar con el grupo qué conocemos del personaje bíblico del texto.
- Hacer una lista de características de cómo Dios llama y cómo es la respuesta de cada persona ante ese llamado.
Para la puesta en común
- Escribir en un afiche, en dos columnas, las características que observamos del llamado y respuesta en el texto bíblico.
- Escribir entre todos una oración que relacione el texto leído con la experiencia de catequista de los integrantes del grupo.
Plenario
- Compartir los textos y los afiches.
- ¿Qué encontramos en común con nuestras vidas?
- Compartir las oraciones.

3)
Cinco Actitudes para crecer como Catequista
 
Cinco actitudes para pensar y revisar tu práctica y tu vocación de catequista. Cinco actitudes que nacen del evangelio, y que podrían ser otras más, pues la Palabra de Dios nos da muchísimas claves para iluminar la tarea, la misión y el compromiso. Te proponemos estas cinco, y te invitamos a descubrir otras cinco, o más, en las páginas de la Biblia.

Poner la confianza en Dios...
"No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos?, o ¿qué beberemos?, o ¿tendremos ropas para vestirnos? Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso. Por lo tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también todas esas cosas. No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas."
Mt. 6, 31-34
No anden tan preocupados, dice el Señor: ¿qué cosas son las que me preocupan, en mi tarea catequística? ¿son las cosas de de Dios? ¿o tal vez, las que no son tan importantes? ¿son mis catequizandos y sus problemáticas, necesidades, lo que preocupa mis esfuerzos? Poner la confianza en Dios...¿que me exige cambiar?

Aprender a decir sí...
(Texto de la anunciación, texto en Lc. 1, 26-38) "Dijo María: 'Yo soy la servidora del Señor, hagase en mí tal como has dicho".
Lc. 1, 38
María señala el camino. Se pone en manos de Dios y aprende a decir sí a sus propuestas. Aunque cambien la vida, aunque derrumben nuestros proyectos, aunque nos cueste...

Orar, hablar con el Señor,pedir su ayuda.
"Pues bien, yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y hallará, llamen a la puerta y les abrirán. Porque todo el que pide recibe, el que busca halla y al que llame a la puerta se le abrirá".
Lc. 11, 9-10
La oración es espacio privilegiado para escuchar y hablar con Dios. Jesús nos anima a pedir en la oración. El Padre bueno nos dará lo que necesitamos. ¿Qué necesito para mejorar mi tarea? ¿Tengo problemas, dudas, cosas a resolver...y si le pido una manito a Dios?

Permanecer unidos a Jesús...
"Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ése dara mucho fruto, pero sin mí no pueden hacer nada".
Jn. 15, 5
Ser catequista es ser testigo de Jesús. Sus palabras son claras: sólo unidos a él podemos dar frutos. ¿Cómo anda mi relación con el Señor...? ¿Crezco en comunión y diálogo con él? ¿Me dejo guiar por sus palabras? ¿Lo que enseño en la catequesis, es fiel a lo que enseña Jesús? ¿Mi vida está unida a él?


Tener compasión por el otro
y
ser solidario...

Leer el texto de la parábola del buen samaritano: Lc. 10, 25-37. "Jesús entonces le preguntó: 'Según tu parecer, ¿cuál de estos tres hombres fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?' El maestro de la Ley contestó: 'El que se mostró compasivo con él' Y Jesús le dijo : 'Vete y haz tú lo mismo".
Lc. 10, 36-37
¿Quiénes son mis prójimos en la catequesis? ¿Cómo vivir el mensaje de la parábola con mis catequizandos? La fe se demuestra en obras de solidaridad concretas, ¿cómo transmitirlo? ¿cómo enseñarlo?



Te proponemos estas cinco actirudes evangélicas para realizar un tiempo de reflexión y oración. El encuentro con Jesús y su Palabra es clave para ir profundizando nuestra vocación de catequista o agente de pastoral. Podés terminar tu reflexion escribiendo un compromiso que te propongas para vivir en concreto estas actitudes. Ese compromiso lo podés guardar en tu Biblia, de manera que cada vez que la abras, veas el papel y recuerdes lo que le ofreciste al Señor y lo revises. ¡Animo, y adelante!

Metodologia de la catequesis

METODOLOGIA DE LA CATEQUESIS

La pedagogía de la fe:
enseñar como Jesús para vivir como El

La catequesis nace de la acción de la Palabra de Dios y vive para anunciarla y transmitirla a los demás.
En la catequesis el evangelio es central. Y el evangelio, sabemos, es una buena noticia que nace de la vida y de la persona de Jesús. Por ello, cuando pensamos en metodología catequística, es decir, las mejores maneras de hacer catequesis, no podemos dejar de partir de la vida.
La pedagogía de Dios nos muestra cómo iniciar y llevar adelante un proceso de aprendizaje, crecimiento y maduración en la fe.
La catequesis asume la tarea de:
• iniciar en la fe y desarrollar un proceso de crecimiento en la fe e inserción en una comunidad concreta.
• anunciar, transmitir y educar en los valores del Evangelio de Jesús, la Buena Noticia que permite vivir actitudes más humanas, fraternas y solidarias, para la construcción del Reino.
Para llevar adelante su tarea los catequistas reconocen a Jesús como modelo a seguir. Su vida nos transmite las claves para invitar, iniciar y profundizar un proceso de crecimiento en la fe. Un camino de fe. Volviendo los ojos a Jesús encontraremos pautas para seguir, condiciones para recrear, opciones para continuar...
En la catequesis, se trata de enseñar como Jesús lo hizo, para vivir como Jesús vivió. La catequesis no es solamente una transmisión de conocimientos sino, especialmente, la transmisión de una fe y una manera de vivir inspirada y animada por el Evangelio.
Por esto, es importante partir siempre de la vida, iluminarla con la Palabra de Dios, expresarla en la oración y en las celebraciones de la comunidad, para volver a la vida y manifestar, con obras y compromisos concretos, esa vida nueva que recibimos por la acción de la Palabra.
La catequesis centrada en Jesús y en su Palabra tendrá como objetivos:
- formar la fe
- invitar a la conversión
- animar la esperanza
- integrar a la comunidad
- promover el compromiso
Para lograrlo es importante:
Partir de la vida
- conocer a nuestros catequizandos
- partir de la situación concreta que se vive y que viven los integrantes del grupo de catequesis.
- analizar la realidad. Hacer una lectura evangélica de los sucesos y de los diferentes aspectos de la vida (social, económico, político, familiar).
Iluminar con la Palabra de Dios
- conocer la Palabra, que es conocer a Jesús, conocer a Dios y a su mensaje.
- leer y meditar la Palabra
- buscar en ella criterios para discernir la realidad y las situaciones que vivimos.
- dejarse interpelar y cuestionar por la Palabra, para generar el cambio interior y la conversión.
Expresar en oración y celebración
- promover la actitud de apertura y escucha a lo que Dios nos habla.
- estimular el diálogo con Dios.
- enseñar la capacidad de ofrecer, dar gracias y pedir en la oración.
- celebrar la vida y la presencia de Dios en la vida.
- promover una vida sacramental vivida en comunidad.
Comprometerse en obras concretas
- promover la expresión del cambio en actitudes, gestos y hechos concretos.
- animar a la solidaridad y la búsqueda de la justicia.
- estimular el compromiso activo, constante, paciente, eficaz en el amor concreto por el otro, especialmente por los que más sufren.
... y el compromiso, la vida de fe concretada en lo cotidiano, la Palabra meditada, orada y celebrada, irán despertando nuevas situaciones de vida, para discernir por donde pasa la vida según el Espiritu, y así continuar un proceso catequístico permanente, para aprender siempre más a ser discípulos y seguidores de Jesús.

2

El grupo en la catequesis
Todos tenemos la experiencia de haber integrado grupos en nuestra vida. El ser humano por propia naturaleza tiende a agruparse y reunirse, es una característica constitutiva de la persona humana.
Desde pequeños estamos formando y participando de grupos: el primero, la familia; luego, a medida que crecemos, integramos grupos en la escuela, grupos de amigos, grupos que comparten algún interés común, etc. Es importante diferenciar una reunión de personas de un grupo.
Algunas características sencillas nos ayudarán a clarificarlo:
• Un grupo establece una red de relaciones. En un grupo se dan relaciones entre sus miembros, existe una mutua interdependencia entre sus miembros. Lo que le pasa, vive o dice uno de sus miembros afecta a los demás y viceversa.
• Un grupo tiene objetivos explícitos, compartidos, existe un para qué estar reunidos. El objetivo es, muchas veces, el motor del grupo y lo que fomenta su cohesión y unidad. Pueden existir grupos formados por personas que piensan y son muy diferentes pero que comparten un objetivo común, y el grupo, funcionar muy bien.
Es importante que el objetivo que nuclea al grupo sea transparente, claro, conocido por todos y consensuado, es decir aceptado con buena voluntad por todos.
• Un grupo tiene una cierta permanencia en el tiempo. Esto es muy variable, pues hay grupos que funcionan un lapso corto de tiempo y otros duran toda la vida. Es necesario que el tiempo sea suficiente para permitir la interacción entre sus miembros y el establecimiento de lazos de unión. En los grupos que comparten mucho tiempo esos lazos pueden transformarse en amistad, pero no es necesario que ella existe para formar un grupo.
• En un grupo existen ciertas normas, o acuerdos, que ayudan a relacionarse y guian el trabajo común de todos en pos del objetivo grupal. Normas explícitas y consensuadas ayudan a anticipar los conflictos y colaboran para solucionarlos si aparecen.
Las normas permiten regular la vida, el trabajo y las relaciones del grupo. Existen normas explícitas, que son las que se enuncian y conversan, y también implícitas. Entre las normas implícitas están muchas relacionadas a la forma de trato entre los integrantes del grupo. El respeto, la apertura, el interés por el otro son algunos ejemplos de aspectos del grupo que suelen funcionar bajo normas implícitas. A veces, especialmente en grupos de niños o jóvenes, resulta necesario y oportuno conversar y explicitar verbalmente estas normas implícitas, pues ayuda a las relaciones del grupo.
• La interacción y forma de relacionarse que establecen los miembros de un grupo es una característica importante. Algunas formas de relacionarse son perjudiciales para el funcionamiento grupal, otras, que podemos llamar sanas, contribuyen al crecimiento del grupo y al bienestar de todos sus miembros.
• Los roles que los integrantes de un grupo asumen en el mismo es otra característica importante. Los mismos pueden ser más activos o pasivos, pueden contribuir al bienestar o generar malestar grupal. Los roles están relacionados con el poder y la autoridad dentro de un grupo ("quién puede", "quién conduce", "quién lidera", "quiénes siguen", "quiénes hablan", "quiénes callan", etc.). Si bien los roles están muy relacionados con las características personales de los individuos es importante que en un grupo los roles funcionales (aquellos que tienen alguna responsabilidad o tarea especial) sean rotativos, y se distribuyan de una manera democrática, con participación y acuerdo de todos.
• En un grupo se van entretejiendo las historias personales de sus miembros con la historia grupal que el encuentro va generando. Se forma una trama donde cada integrante queda vinculado e involucrado en un proceso que es común a todos. La historia grupal es un elemento importante en la identidad de un grupo, en especial, en aquellos que llevan tiempo juntos.
Sentido de pertenencia. Todos los miembros del grupo se sienten parte de... Perciben algo que los contiene. Esto permite reconocer al grupo como algo propio y a la vez compartido. La pertenencia genera responsabilidad e interés.
El grupo de fe
Así como al considerar la vida de todos nosotros es inevitable hablar de grupos (pues nuestra vida se desarrolla en y junto a los grupos que integramos), al hablar de catequesis es imprescindible hablar de grupos, también.
La vivencia de la fe es esencialmente grupal. El bautismo, primero de los sacramentos, que nos inicia en la vida de fe, nos integra a un grupo, nuestra comunidad cristiana.
Jesús mismo, formó un grupo de personas para compartir la venida y la fe, al inicio de su predicación, y, nos prometió estar presente cuando haya un grupo reunido en su nombre (Mt. 18, 20).
El grupo de fe tiene todas las características de un grupo humano, pero además tiene otras específicas que le dan identidad propia y que es bueno tener en cuenta para el trabajo catequístico.

"El grupo de fe participa y experimenta las mismas cosas que cualquier otro grupo, por ejemplo, un equipo de fútbol. Un grupo de preadolescentes o de adultos que se juntan para reflexionar sobre su fe viven las mismas realidades humanas que los demás grupos. Entre ellos puede haber incomprensiones, lucha por el poder dentro del grupo, celos, problemas de relaciones, etc.
Pero hay algo diferente que se puede dar en un grupo de fe y que no es esencial en los demás grupos: la manera como se viven las cosas que pasan.
Te pongo un ejemplo que estoy seguro te ayudará a entender lo que quiero decir. Moisés es encargado por Dios de formar un pueblo (un grupo, en definitiva) que salga de la esclavitud de Egipto y camine hacia la tierra de la libertad. Moisés hace lo que Dios le indica y pone en marcha al pueblo. Los que salen de la esclavitud con mucha alegría y euforia se dan cuenta pronto que las cosas no son tan sencillas como parece. Entre ellos empiezan las peleas, las desconfianzas... Vivir en grupo les resulta díficil.
En esto no son originales. Les suceden las mismas cosas que a todos los grupos.
Lo original viene de la manera como viven estos acontecimientos internos del grupo. El grupo aprende a leer estos aconteceres propios del grupo como cosas con mucha importancia, donde se revela la manera de ser que tienen y donde se revela la manera que Dios tiene también de ser. Reflexionando sobre lo que les pasa en la vida de grupo descubren un sentido a sus vidas, y sobre todo descubren la presencia de Dios en sus vidas. El hecho de ser grupo, de llegar a ser pueblo, se hace para ellos algo tan importante que se convierte en lugar donde descubren a Dios y se descubren ellos mismos mucho mejor.
Esta realidad es la que cada grupo de fe está llamado, de alguna manera, a revivir y a rehacer.
El grupo crea un estilo y manera de ser y nos prepara para vivir en la comunidad eclesial rompiendo esquemas de individualismo y abriéndonos a un intercambio de relaciones nuevas."
Animadores de grupos de fe, Deleg. Salesiana de Pastoral Junvenil. Pág. 142, Editorial CCS.


3)
Pistas para la preparación de un encuentro
Preparar un encuentro no es o mismo que dar una clase. Para transmitir la experiencia de fe, y ayudar a que la misma crezca en otras personas es vital el marco de una comunidad.
El primer paso, por consiguiente, para desarrollar un proceso de catequesis, es crear un ambiente comunitario entre las personas que van a compartir el espacio. Esto no es tarea que se consigue de un día para otro. Más aún, la comounidad es una realidad viva, que se alimenta del encuentro entre las personas que la integran, por lo cual puede crecer o decrecer, según sea la experiencia de las personas que la integran.
¿Cómo crear comunidad en el marco de la catequesis?
• Promoviendo el conocimiento personal de los participantes: catequizandos y catequista.
• Ayudando a que cada persona se sienta valorada, respetada e integrada al grupo. Que nadie quede al margen.
• Preocupándonos e interesándonos por la presencia o ausencia de todos.
¿Cómo conseguir esto?
• Inciando los encuentros con algunas preguntas para compartir, que permitan que todos hablen, cuenten algo de su vida, muestren algo de sus intereses, expectativas, deseos, anhelos.
• Generando espacios de comunicación extra-reuniones. Por ejemplo, a través de la visita o el llamado por teléfono de las personas que no asistieron a una reunión.
• A través del reconocimiento explícito del trabajo, la participación, los aportes personales en la reunión, la producción personal en la carpeta o cuaderno.
• El festejo de los cumpleaños, los nacimientos, la celebración de fechas especiales...
Estas simples propuestas, sencillas de implementar ayudan a generar una trama humana sólida e importante para que la Palabra de Dios y el proceso de fe pueda echar raíces sólidas en un grupo humano que vaya creciendo en la conciencia de pequeña comunidad.
¿Cómo preparar un encuentro de catequesis?
• Planificar con tiempo, preparar las reuniones con anticipación es el primer paso para generar encuentro. Esto no quiere decir estar atado a un esquema rígido, inviolable, detallado hasta en sus mínimos momentos. Muchas veces la "ficha" del encuentro se constituye en un cerco a la creatividad, pues termina ahogando la iniciativa personal de los catequistas. Pero no se trata de caer en la improvisación total. Un buen esquema de lo que se va a realizar ayuda a establecer tiempos, recursos, preguntas a utilizar, y colabora para que el catequista tenga claro el objetivo del encuentro, y guíe al grupo para alcanzarlo. Muchos encuentros sin planificación terminan a la deriva, pues se carece de un buen "plano" que anticipe a donde se quiere llegar.
• Incluir en los encuentros espacios para el diálogo, la reflexión conjunta, el compartir grupal, es decir, favorecer la comunicación dentro del grupo. Esto se logra con actividades o preguntas para que el grupo trabaje en conjunto o en pequeños grupitos. La catequesis abre un espacio para comunicar y encontrarse con la Palabra de Dios. El ejercicio del diálogo, de escuchar al otro, de respetar los turnos, de aprender de lo que el otro dice es un aporte valiosísimo para aprender a escuchar la Palabra de Dios. ¿Cómo escuchar a Dios en un grupo humano que no aprende a escucharse entre sí? La catequesis no es un monólogo del catequista, sino una búsqueda compartida, que implica:
- aprender a escuchar;
- aprender a participar;
- aprender a decir lo que uno piensa, lo que se descubre y tiene en el corazón.
• Dar a la Palabra de Dios un lugar central en el encuentro. La lectura de la Palabra de Dios en el encuentro de catequesis debe significar la presencia de Jesús, que se acerca, que comparte nuestra vida, que nos escucha, y que nos habla. Para ir transmitiendo estas vivencias, profundas y complejas, es muy útil ayudarse con signos. Especialmente para los niños el lenguaje simbólico puede ser una excelente puerta de entrada al encuentro con el Señor. En el cuadro de la página siguiente encontramos varias sugerencias para el trabajo con la Palabra en el encuentro.
• Crear un espacio de oración. Esto implica generar un clima, ayudar a distenderse, motivar a hablar en voz alta. Las canciones son una excelente herramienta para introducir los espacios de oración. Es importante enseñar a rezar. Una ayuda para aprender a rezar puede ser escribir las oraciones en tarjetas o papeles. Luego de escritas cada uno puede leer la que escribió o si se colocan todas juntas (y se ofrecen) luego cada integrante puede extraer una al azar y leerla. Esto último tiene dos ventajas para grupos o personas que se inician:
- favorece el aprendizaje porque permite a las personas más tímidas compartir una oración, que al no ser la propia brinda más libertad para decirla.
- y, por otra parte, como todos van a leer y compartir una oración, se asegura que se leerán todas las oraciones escritas.
• Pensar y proponer actividades que tengan en cuenta la situación de los catequizandos. Es decir su edad, sus conocimientos, su cultura, su forma de ser, de sentir, de expresarse. Para evangelizar la vida debemos partir de las situaciones que las personas viven, y esto incluye tener en cuenta sus alegrías, sus tristezas, sus anhelos y esperanzas, sus frustraciones. Partir de la vida e iluminarla con la Palabra son los primeros pasos de la metodología

Reflexiones


Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes.
Y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la felicidad.
Si me das fuerza, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver el otro lado de la medalla.
No me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar como yo.
Enséñame a querer a la gente como a mi mismo y a juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.
Mas bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es lo mas grande del fuerte y que la venganza es la señal primitiva del débil.
Si me quitas la fortuna, déjame la esperanza.
Si me quitas el éxito, déjame la fuerza para triunfar del fracaso.
Si yo fallara a la gente, dame valor para disculparme.
Si la gente fallara conmigo, dame valor para perdonar.
Señor, si yo me olvido de ti, no te olvides de mi.

Espiritualidad

1. TÉRMINO Y CONCEPTO. - El término   espiritualidad puede tener los significados siguientes: la   espiritualidad es «la cualidad de lo que es espiritual» (por ejemplo, de Dios, de los ánge­les, del alma hurnana, de la Iglesia); es sinónimo de piedad realmente poseida (por ejemplo, de un santo, o de todo aquel que tiene relaciones de servicio con lo Divínum, aunque no sea cristia­no); es la ciencia que estudia y enseña los prin­cipios y las prácticas de que se compone dicha piedad o dicho servicio de Dios. En este tercer caso el término   espiritualidadequivale al de doctrina espiritual, incluso a la misma ((teología espiritual as­cética y mística». Esta última equivalencia se halla fácilmente entre los autores de lengua francesa (Saudreau, Pourrat, Tanquerey, Gauthier, Thils) pero creemos que es mejor reservar el término a las doctrinas espirituales específicas y particulares, como las de los diversos santos, los distintos fundadores de órdenes religiosas y otros semejantes. El término puede tener también un cuarto significado, cuando se identifica con «escuela de espiritualidad». Esta identificación no está siempre justificada, porque no toda   espiritualidad tiene una escuela respectiva, mientras que toda escuela supone una determinada espiritualidad; las espiritualidades, además, entendidas como sinónimos de piedad o como doctrinas espirituales particulares, pueden ser muy numerosas y clasificarse de modos muy distintos, mientras que cuando, hablamos de »escuelas de espiritualidad» pensamos en un numero mas restringido y nos acostumbramos a referir a algunas fundaciones más importantes de familias religiosas.
Hay también muchos sinónimos usados o preferidos por autores para indicar la e., entendida como servicio de Dios o como ciencia espiritual. Citamos algunos: camino de vida espiritual, método, modo o modalidad, orientación, mentalidad, corriente, actitud, fórmula, forma o norma de vida, aplicación o interpretación particular del mismo ideal evangélico, estilo o tipo o género de vida religiosa, matiz, tradición espiritual, experiencia, caracterización. En los documentos pontificios salen con más frecuencia los siguientes sinónimos: camino, método, forma, género de vida, doctrina ascética, ensenanza espiritual, fisonomía o familia religiosa, espiritu escuela espiritual.
Difícilmente se pueda dar una definición uni versalmente aceptable, y de hecho tenemos niu chas. No es exagerado decir que cada autor tien la suya propia. Después de un atento estudio nos hemos atrevido a ofrecer un esquema para una eventual definición operativa: (La espiritualidad) es un partacular servicio cristiano de Dios, que acentúa determinadas verdades de la fe, prefiere algunas virtudes según el ejemplo de Cristo, persigue un fin secundario específico y se sirve de particulares medios y prácticas de piedad, mostrando a veces notas distintivas características (cf. MA-ANIC, Le Scuole di spiritualità nel magistero pontificio, Brescia 1964, p. 36).

2 EXISTENCIA. - Todos los autores católi­cos que conocemos admiten la existencia de espiritualidades especificas en el seno de la común e cristiana y católica, aunque hay diferencias y divergencias en el modo de concebirlas, en el modo de tratar las cuestiones de las relaciones que existen entre la   espiritualidadcristiana común y las particulares, en distinguirlas de las escuelas filosóficas o teológicas, a menudo homónimas, en Juz­gar sobre su oportunidad. Pero creemos que la afirmación de su existencia no puede ser negada por nadie, a no ser que esté totalmente en ayu­nas respecto de la materia en cuestión Con la ayuda dela tradición y del magisterio de la Igle­sia es fácil demostrar la existencia de espiritua­lidades especificas, aunque todas son cristianas y católicas. Y a la luz del magisterio y de la tradición, se puede probar la posibilidad de espiri­tualidades específicas incluso con la ayuda de la Escritura.
Una de las mayores dificultades para admitir la existencia de las espiritualidades específicas es el hecho de que no siempre es fácil ver el ca­rácter específico de cada una; además, no es fácil ver la diferencia entre los elementos comu­nes a todos los cristianos y los elementos que se llaman específicos de una   espiritualidadCon ello llegamos .al problema de la naturaleza, o de la índole, o de la diversificación de las espiritualidades. Es el -problema principal, porque, si no podemos saber -en qué consisten especificamente, en qué difie­ren las espiritualidades, entonces habría que po­ner en duda su misma existencia. Con ello nos referimos especialmente a la diversificación de L,   las espiritualidades y de sus escuelas respecti­vas, en la Iglesia de Cristo.

3 CLASIFICACIONES. - Una de las graves razones por las que hay interrogantes a propó­e   sito de las espiritualidades es el hecho de que no siempre son adecuadamente distinguidas y clasi­ficadas. Hay diversos criterios para su clasificación, y según se siga uno u otro cambia incluso el género de   espiritualidad. A nuestro juicio, se clasifican del modo siguiente:
a) Según el criterio étnico-geográfico (por ejemplo,   espiritualidadoriental y occidental, italiana, fran­cesa, española, alemana, rusa, inglesa, america­na, etc.);
b) según el criterio doctrinal o según las verdades de fe preferidas (  espiritualidadtrinitaria, cristo-lógica, pentecostal, eucarística, mariana, y en determinado sentido, también la liturgia, etc.);
c) según el criterio ascético-práctico o según las virtudes preferidas, enseñadas o - practicadas particularmente (espiritualidadde la penitencia, etc.);
d) según el criterio antropológico o psicológico (espiritualidadin­telectualista o especulativa, afectiva, práctica);
e) según el criterio de los estados y de las profesiones (  espiritualidad laical, presbiteral y religiosa;  de los médicos, de los maestros, de los campesinos, de los obreros, de los literatos, etc.);
f) según el cri­terio histórico-cronológico (espiritualidad paleocristiana, medieval, moderma, renacentista, barroca, con­temporánea);
g) según el criterio de los grandes fundadores de órdenes o congregaciones religio­sas (espiritualidad basiliána, agustiniana, benedictina, fran­ciscana, dominicana, carmelitana, ignaciana, felipiana, salesiana, etc.).
No quisiéramos ocultar la preferencia que da­mos a este último criterio, y ello por muchas razones (de historia, de influjo sufrido y ejercido, de agrupación). Este criterio nos parece mas tradicional e incluso de mayor importancia prác­tica (piénsese en las familias religiosas), y esta­mos convencidos de que ningún otro criterio está tan justificado ni tan documentado como ést  espiritualidadAdemás, haciéndolo así, creemos interpre­tar mejor también el contenido de la enseñanza pontificia en esta cuestión. No obstante, no ne­gamos las posibles y efectivas contribuciones relacionadas con las diversas espiritualidades, distinguidas según los demás criterios, tanto más si tenemos en cuenta que dichas contribu­ciones pueden ser aquellos factores que deter­minan las diversificaciones de las espirituali­dades de los religiosos y de sus respectivas escuelas (pensemos en el factor étnico-geográ­fico o en el antropológico y psicológico, en rela­ción con los fundadores de familias religiosas).